miércoles, 15 de enero de 2020

El encanto del puente calicanto - Cuento Yanahuanca

En las orillas del río Chaupihuaranga existen muchos manantiales y uno de ellos se encuentra en Yanahuanca, cerca del Puente Calicanto, llamado Chuya Pukio. El puente Calicanto era el único puente que existía para cruzar de una banda a la otra banda de Yanahuanca.

En cada luna llena, se escuchaba las voces melódicas de una hermosa mujer. Los vecinos de aquéllos años, cuentan que cada luna llena salía la hermosa dueña del Chuya Pukio a sentarse sobre su piedra ubicada al costado del puente Calicanto.

 Una noche don Chapa Pastrana, se había tomado por demás sus copitas con sus amigos, eran ya las doce de la noche y salió a miccionar, de pronto se calmaron los sonidos del río y solamente escuchó un canto melódico, de la música que más le gustaba y curiosamente se acercó al encuentro y vio a una hermosa mujer sentada sobre la piedra, decidió regresar, avisó a sus familiares y amigos que estaba en casa.

 Al escuchar la noticia salieron todos al encuentro medio soñolientos, eran doce de la noche y don Chapa Pastrana regresó inmediatamente, y al regresar la hermosa mujer que observó sobre la piedra se desplazaba lentamente por el puente Calicanto llevando una canasta que dejó en medio del puente. La hermosa mujer llegó al Chuya Pukio y desapareció y don Chapa Pastrana corrió hacia la canasta, pensando encontrar y capturar al posible Ollquy que suponía estaba en la canasta y cuando se acercaba le dio un temor, empezó a temblar, pero Chapa Pastrana ebrio sin miedo se acercó mucho más, observó en la canasta al Ollquy, se desesperó y se desmayó.

Los familiares demoraron en salir de casa por el alboroto y al llegar al puente Calicanto encontraron a don Chapa Pastrana desmayado y botando espuma, gracias a ellos se salvó, porque la hermosa mujer quería llevarse a Chapa Pastrana, con su encanto y Chapa no consiguió su propósito de capturar al Ollquy. Se cuenta que el puente Calicanto es milagroso, para todos los varones porque dos personas que se quisieron suicidar aventándose al río no murieron, seguro que la bella mujer sueña desde Chuya Pukio y los protege.

“Calicanto, Calicanto el puente más antiguo”


(Relato del señor Adrián Loyola Maguiño)

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