miércoles, 15 de enero de 2020

El Charicámay - Chacayán

 Es la fiesta costumbrista de mayor identificación de los chacayanos, la fecha de su celebración es movible por ser la fiesta de los carnavales, es decir de la trasgresión a las normas cotidianas de la vida, es una fiesta con mucha alegría en la que el humor, la caricatura hablada, así como el amor entre parejas brota como las flores del campo. Es el juez de paz el que coordina su celebración, los regidores de cada barrio buscan sus colaboradores entre sus familiares y amigos, gente que los ayude con los gastos, también a los bailantes, para ello han realizado sus wajes o aychamas y es el momento de la retribución. Cada regidor compromete a cuatro bailantes varones y a tres o cuatro damas por bailante, así se forman cuatro comparsas. La vestimenta o disfraz del varón o Charicámay constituye un sombrero adornado con flores naturales, una camisa blanca con unas manguillas de colores y con dibujos, un chaleco negro o marrón. 

Lleva también un calzoncillo blanco y encima un calzón largo de color negro o azul marino sujetado por una faja de colores y dibujos, se coloca medias de lana de borrega de colores escandalosos como el verde claro, el rosado, el amarillo brillante, con el propósito de llamar la atención para el bailante disfrazado. Lleva también un shucuy u hojota de cuero de res. También llevan un poncho color vicuña que lo amarran a la faja, de la cual se agarran o sujetan las parejas en el momento del baile. Uno de estos bailantes es el Olgohualash que lleva en la mano derecha una bandera peruana adherida a un palo envuelto con flores y hierbas aromáticas, además de globos y serpentinas. 

El disfraz de las chicas constituye, un sombrero blanco de paja, una blusa o monilla también blanca, cubren su espalda con una manta filfa con blondas al borde, encima una pullacata o manta adornada con estampados y dibujos. De acuerdo a cómo le quede al cuerpo llevan dos o tres fustanes de colores, uno de ellos con adornos tejidos a croché; sobre ellos una falda de terciopelo y otra de muchas rayas, tratan de salir hermosas. Llevan además un pañuelo amarrado a la cintura con el cual bailan y se agarran unas a otras. Los bailantes por lo general son solteros, los varones entre 18 y 30 años y las mujeres entre 15 y 20 años, danzan con cariño e identificación con su pueblo y sus costumbres. El varón va adelante danzando cadenciosamente, detrás de cada varón tres o cuatro damas, a veces en fila pero más entrecruzándose, una por aquí, la otra por allá, pero todos con prosa, con elegancia, van cantando:

Charicámay, Charicámay              ¡Agárrame!, ¡Agárrame!
 Domingo de carnaval                                                 
Chaypachu pasarga                Por ahí ha pasado 
                                             Rosado bandera 
   Taripala, tariparga              Si la alcanzan van a 
Cushuru palashu              recoger cushuru 
                        Taripala, Tariparga             Si la alcanzan, la van a machucar
                              Jinanchu Nitirashu                Encima o ahí mismo la machucaremos

Entre tanto, las señoras casadas y madres solteras disfrazadas al igual que las jóvenes bailantes alegran también la fiesta, echan harina y talco a los asistentes; con su chicotillo de tres puntas de plata que lo van dando vueltas por el aire, ponen orden entre la gente; pero también premian a los que festejan las ocurrencias y curiosidades de los bailantes con el néctar de los dioses. Son tres días de fiesta que en la Plaza principal y en las calles de Chacayán, los pobladores de este hermoso pueblo se reencuentran con sus ancestros a través de sus expresiones culturales auténticas.

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