miércoles, 15 de enero de 2020

La Ganchana . Cuento local de Cerro de Pasco

En una estancia de Palca vivía una familia, preocupada por sus cementeras. Pues, el hielo y la rancha no dejó madurar los frutos. En la cosecha ningunos pudieron hacer sus qormay como antes, tuvieron que comer cada vez más menos, el padre bajó a la quebrada a buscar granos; pero no fue suficiente, más y más de almuerzo en almuerzo se acabó los granos y al final sólo le quedó una mazorca de maíz. La familia no comía durante tres días.

Era época de hambruna. Una noche, luego de hacer dormir a los niños los padres decidieron tostar maíz.

¿Dónde está la leña? _preguntó la mujer a su marido_, luego dijo: ¿Dónde está el tiesto?

Entonces uno de los niños que aún dormitaba exclamó:

¡Katay kanala mama!

 Como era imposible comer entre todos un puñado sólo un puñado de cancha, los padres decidieron deshacerse de sus hijos. Abandonaron a los niños atados en un lugar muy triste y muy lejano, diciéndoles, Wanukari. La niña lloraba desesperadamente y el niño por desatarse se lastimaba.

De pronto apareció un cóndor, los niños pidieron ayuda ¡señor cóndor, señor cóndor ayúdanos a salir de este lugar y el cóndor tuvo compasión y desató a los niños. En ese momento pasaba un pichuychanka llevando en el pico una flor de papa.

Sigan ese pichuychanka (Pajarito oriundo de la quebrada de Chaupihuaranga semejante al gorrión.) y hallarán abundante papa _dijo el cóndor_.

Pero los niños se perdieron en el camino, caminaron todo el día, hasta que al fin se detuvieron agotados por el hambre y el cansancio. Se quedaron dormidos en medio de los cerros. Al despertarse en la oscuridad vieron una luz a lo lejos a lo que se dirigieron deprisa. Llegaron a una cueva, donde vivía una vieja pelucona, narizona piel arrugada, con ojos vivos, con sombrero negro de la forma de canoa y de copa alta, con túnica negra y botines negros puntiagudos y levantados. Su voz era chillona. Era una Ganchana. (Bruja)

Ella recibió a los niños muy cariñosamente: ¿Paseen niñoooooooos! ¡Les daré alojamiento y comida! Ésta es su casa, no tengan miedo. Luego, le dio papas frías que los niños devoraron con gran rapidez. Cuando terminaron les dijo:

 “Tú (al varoncito) dormirás conmigo y tú (a la niña) en otro lado y así fue.

 A poco rato de haberse acostado la vieja, oyó la niña que su hermanito se quejaba y la preguntó a la vieja qué es lo que estaba sucediendo, a lo que le respondió le estoy despiojando. Tú ni eso le has hecho, seguramente por ello te habrá botado tu padre, por ociosa ¡chiquita malcriada! Le decía en voz alterada que la niña no tuvo que responder.

 La niña seguía escuchando a cada rato el grito ¡Akachauuuuu! ¡Akachauuuuu!. El temor lo contuvo y al final todo quedó en silencio. La niña despertó muy de madrugada, pero ya la vieja se había levantado, le preguntó por su hermanito y esta le respondió con voz de ogro:

“Él no es mala gracia como tú, yo quisiera que seas viva como él, que sabe hacerse querer, ya se fue muy tempranito por leña y no tardará en regresar”. Agregó: “Si quieres comer cocina estas papas” y le entregó un runku de collotas, que por más que las hizo hervir, como es natural, no se cocinaron.

¡Come! _dijo la vieja.

 “No puedo comer, porque son piedras” _dijo la niña.

 No que van a ser piedras, son papitas primerizas y aunque algunas están un poquito llojtas, las otras son arenosas, y diciendo, aplastó la collota y se la comió para sorpresa de la muchacha.

Después del diabólico desayuno le dijo: Anda al puquio y trae agua con esta canasta. Cómo puedo traer agua con una canasta _dijo la niña. Muy molesta la vieja, queriendo darle una lección a la niña, se fue al puquio, ordenándola a la niña que no se mueva de su sitio y encargó al yukish(Ave oriundo de la quebrada de Chaupihuaranga de color plomo y pico amarillo) y al sapo para que avisara si no cumplía sus órdenes. Le dijo al yukish:

“Yukish, wichiakamunki wamra sharkuptinqa. (Yukish me silvas cuando la niña levanta)

Y al sapo le dijo:

¡Sapo, tock, nimunki wamra kuyuptinqa, (Sapo croas cuando se mueve la niña.)pero en lugar de avisar, los animales que rodeaban la cueva empezaron a hablar y le dijeron a la niña:

“No creas que tu hermano haya ido a traer leña, esa vieja Ganchana se lo comen a todos los que llegan a su casa, ahora mismo tu hermanito está hirviendo en una olla sobre la bicharra. Sácalo de allí, pon sus restos en ésa manta y huye por aquel camino que te conducirá por sitios por donde hay socorro.

La niña huyó, dando gracias a los animales que se quedaron festejando con danzas macabras la mala pasada que jugaba a su peor dueña. Y cuando ya la niña asomaba un cerro, cantó el yukish, y croó el sapo. La vieja, presa de la furia, tiró la canasta y regresó cayéndose y levantándose entre las pajas.

 Al no encontrarla creció su enojo: ¡Ah! ¡Rapracha( Loca)! Con que te has escapado. Ahora verás cómo me como a tu hermano y a ti misma, ¡Ya me la pagarás!

Y se puso a rastrear por donde se había ido, y encontró que siguió un camino que a ella le estaba prohibida. Sin embargo corrió por el campo muy rápidamente y después de larga fatiga divisó a su perseguida, que totalmente cansad seguía caminando con su carga cuesta arriba.

Un venado que vivía en esa región y que había visto la persecución le aconsejó: “Niña, no permitas que la Ganchana te alcance, quédate y descansa que yo te defenderé”. A poco rato de sentarse la niña, llegó la Ganchana, desgarrada de dolor, le dijo al venado que le entregara a su hija amadísima que se le estaba huyendo. Al comprender la farsa, el venado le dio un cabezazo y la dejó semimuerta.

Muy agradecida la niña continuó su camino. Pero la vieja, revivió y siguió con la persecución; ya iba a alcanzar a la niña otra vez, pero la niña llegó apresuradamente a la cueva del Añas( zorrillo) y el animal, la escondió. La Ganchana preguntó al zorrillo por su amadísima hija; pero el zorrillo muy amargado orinó entre su cola luego sacudió en los ojos de la Ganchana haciéndola ciega y aconsejó a la niña que avance su camino.

Mientras, escapó la niña rápidamente, la Ganchana limpiando sus ojos nuevamente pudo ver y seguía persiguiendo a la niña. Otra vez ya iba alcanzar a la niña, pero apareció el cóndor. La vieja preguntó ¿qara kunka cóndor( 35)? Manatsu kaypa rikashqanki wamralata( 36). Manam rikashqatsu(37) , luego le sacó sus ojos. La pobre vieja gritó de mucho dolor. Mientras la niña avanzó su camino hacia el cerro.

El encanto del Hupay - Cuento local de la Comunidad de Pumapachupan


Shanti (Santiago) joven blanco, cabellos ondulados vivía en Oshqolo (18) (Pumapachupán) era más conocido como “cañita”; porque tomaba aguardiente por semanas; tiempo en que llegaba a su casa; siempre fue galante con las mujeres de su pueblo, así de todas las que llegaban a su pueblo, y siempre se alardeaba que le gustaban todas las mujeres, gordas, flacas, rubias, morenas, no tenía preferencias y cada vez que salía de su pueblo al regresar decía que había encontrado otros amores como piedras en el camino ya la Camicha, la Naticha y la Hermicha, y que todas eran sus mujeres y se afanaba que en cada una de ellas tenía un hijo, si era varón llevaba su apellido y si era mujercita simplemente las negaba, y así había acostumbrado sus días conquistando cada vez mujeres.

Cierto día después de las cosechas su mamá le dijo que tenía peones y que le faltaba las mercaderías y no tuvo más encargo que mandarlo hacer las compras a su hijo Shanti; y tendría que ir hasta Yanahuanca, y le entregó el dinero que había vendido 50 sacos de papas y 2 carneros y que con todo este dinero tendría que comprar las mercaderías porque ya no tenían nada, a lo que Shanti aceptó y se puso su mejor ropa, su chaleco blanco de lana de oveja, su pantalón cordellate y sombrero a la pedrada, ensilló su caballo (Huaycho) y cabalgándose se dirigió velozmente para cumplir el encargo que le había dado su mamá.

Por el camino en Placa se tomó su cuarto de caña y en Chipipata otro cuartito, ya mareado bajaba a Yanhuanca, para simular que no estaba mareado en Llaqlla( 19) se lavó la cara y la cabeza, en el riachuelo de Chipipata que tenía las aguas muy heladas, haciendo pasar toda su borrachera.

Cuando llegó a Yanahuanca se encontró con unos amigos de infancia se puso a tomar, una copita y otra copita que se embriagó totalmente hasta el atardecer, cantando y contando sus experiencias y cuando hablaba de mujeres, éste decía que “era el más macho”, que todas querían estar con él; decía que su Naticha era la más cariñosa, su Hermicha era las más laboriosa; y su Camicha era la más hermosa; gritaba

 ¿Quién tiene más dinero? “yo”, ¿Quién tiene más mujeres? “yo”;

entonces sus amigos le dijeron tú tienes todo paga la cuenta, y éste no dudó en pagar la cuenta porque tenía toda la plata para comprar la mercadería de su mamá ¡Gracias! Tú si eres de palabra le dijeron sus amigos y se despidieron uno a uno pero él seguía tomando hasta gastar el último centavo, hasta que la dueña de la tienda le botó a empujones como no tenía donde quedarse, se cabalgó su caballo Huaycho y se enrumbó de regreso a Oshgolo, el caballo avanzaba lentamente, ya era las doce de la noche, el ladrido de los perros y el salto del animal lo despertaron a “cañita” para que se dé cuenta ya estaba pasando al frente de Chipipata, el camino ya se hacía silencioso, la noche temerosa, de pronto el caballo se echó a correr, como si alguien lo apurara, Shanti se despertó y le dijo a su caballo

¿Qué pasa Huaycho? ¿A quién has visto? Pero su caballo daba gritos extraños, entonces jaló las riendas del bozal, éste se paró y levantó la cabeza y a lo lejos vio a una de sus mujeres la Camicha la más joven y bonita, estaba en la cueva, sentado sobre una piedra, entonces apurado comenzó a jalar el bozal del caballo y éste corrió rápidamente botando espuma por la boca.

Cuando llegó a Huachua Machay( 20) (Llaqlla) la mujer bajó muy lentamente, el caballo nuevamente comenzó a saltar y botar espuma por la boca, pero Shanti no se daba cuenta, más por lo contrario le dijo a su mujer ¿Qué haces por aquí a estas horas de la noche? Ella le respondió, te estuve esperando porque mi papá de la casa, y no tengo a donde ir, y me escondí en esta cueva, vámonos lejos, hay que casarnos, baja de tu caballo, mi papá si me encuentra contigo me matará sino enáncame en tu caballo; pero el caballo se espantaba más y más, pero Shanti por el alcohol no se daba cuenta de nada, pero cuando miró atrás se quedó atónito, sorprendido al ver a la mujer que tenía patas de gallina y se dijo: ¡Dios mío! ¡Qué diablos es esto! Debe ser el licor ¡Estoy mirando mal! Ella es mi Camicha, mi amor, sí ella es, le miraba como si estaría impactado pero la mujer subió al caballo. El caballo corrió como un cohete, cuando ya pasaban la cueva, la mujer le dijo a Shanti: me olvidaba amor, ¡acompáñame a la cueva! Ahí está toda mi ropa, vamos a sacarla, es bastante.

Él bajó lentamente de su caballo pero ella como un ave bajó de un salto, comenzaron a caminar hacia la cueva, cuando éste quería abrazarla ella se negaba y en el camino le decía, ¡ahora vamos estar para siempre juntos! ¡Nadie nos podrá separar! ¡Aquí nadie nos encontrará! Shanti algo confundido le dijo no digas esas cosas, mañana decidiremos a dónde nos vamos, apúrate Camicha, la mujer algo intrigada le preguntaba más cosas ¿Me quieres? ¿Hoy nos conocemos algo mejor, es nuestro día? ¿Estamos juntos siempre?, él en ese momento sintió un presentimiento, el temor empezaba a apoderarse de él, ¿Qué será? ¿Qué será? Miraba a todas partes, pero la oscuridad de la noche, amiga de las desgracias, le atemorizaba aún más cada vez más que avanzaban a la choza el ruido era mayor.

Al acercarse a la cueva había una piedra grande, donde Shanti se tropezó y allí dentro de la cueva había mujeres con patas de gallina bailando alegremente y conversando como si estuvieran en una fiesta, al observarlos bien, nuevamente allí vio a su Camicha, ella también tenía patas de gallina, entonces Shanti desesperadamente comenzó a gritar a su caballo Huaycho, Huaycho ¡Ayúdame! ¡Sálvame!, al escuchar la voz de su amo, el caballo corrió hacia él y le salvó, y cuando miró hacia atrás ya no había Camicha, había desaparecido, la mujer era sólo un encanto, como no consiguió matar a Shanti, en la actualidad sigue buscando a todos los varones con ese nombre que cuando pasan por allí de noche y solos, los llama con la misma voz de la novia o esposa: Shanti, Shanti ¡ven aquí!

“Shanti, Shanti debiste haberle hecho caso a tu mamá”.

El bombista y las almas - Cuento local de la Comunidad de Chango

El bombista y las almas - Cuento local de la Comunidad de Chango

Hace muchos años atrás cuando en esos tiempos no existía el fluido eléctrico y la gente realizaba sus viajes caminando y caminando. Los músicos changuinos regresaban a su pueblo después de haber participado en una fiesta en el caserío llamado Huachus, que se encuentra por las alturas de chinche. Estos eran tres: uno tocaba el bajo, el otro la trompeta y el tercero el bombo; éste último era el más chistoso que se divertía molestando a todo el mundo. 

Cuando pasaban por delante del cementerio de la localidad de Michivilca, a eso de las doce de la noche aproximadamente y ellos como siempre chispos _¿Qué músico no será aficionado a las copas?_ decidieron descansar; porque ya habían caminado bastante sus pies le obligaban a sentarse, el trompetista y el bajista se quedaron dormidos y el bombista despierto, pensando que travesuras hacer en ese lugar. ¡De pronto! Oyó voces raras que nunca había escuchado y precisamente en la capilla del cementerio, curiosamente se acercó, para sorpresa vio muchas almas, vestidos de hábitos blancos, con sus “cucuruchis” en la cabeza que no dejaba ver la cara y sus cordones en la cintura. 

Estaban rezando con la cabeza baja tan devotamente.

 El bombista observaba curiosamente y como estaba con su valorcito no tenía miedo, entre sí dijo: ¡Nunca todavía me burlé de las almas!, ¿Qué tal si me burlo hoy?, porque estas almas no me conocen es de otro lugar y ¿Cómo me burlaría?...ya sé. Fue entonces cuando regresó por su instrumento después de llegar al lado de la capilla tocó bien fuerte tres veces. 

Y las almas se asustaron y salieron en busca del intruso. Mientras tanto el músico con sus cabellos enmarañados, corriendo fue a avisar a sus amigos que las almas le estaban persiguiendo por gusto, así los tres corrieron desesperadamente por doquier en busca de refugio, el autor del incidente se entró a una casa donde estaban durmiendo una pareja de esposos, se metió al centro y se cubrió la cara con la frazada. El esposo dijo: ¡Que pasa, que pasa señor, quién es usted! El músico dijo: ¡Sálvame por favor! las almas me persiguen.

 Al poco rato llegaron las almas, lo sacaron de la cama y lo llevaron al cementerio, castigándole con sus cordones dejándole desmayado y botando espuma por la boca. Al amanecer sus amigos fueron a buscarlo al cementerio donde lo encontraron desmayado, ellos pensaron que estaba muerto, inmediatamente fueron al pueblo a buscar ayuda y contar lo sucedido a la gente, regresaron con la orina podrida, le hicieron tomar y dieron tres saltos por encima. ¡Sorpresa! al rato reaccionó y juró que nunca molestaría a las almas. 

Luego de estos sucesos continuaron su camino a Chango, donde llegaron cansados y el bombista todo débil, contaron en casa a la familia de lo sucedido que les causó una risa por molestar a las almas. 

“Ay músicos, músicos como siempre con sus travesuras”

Cashacushman - Mito de Chinche Tingo

Cuenta la historia, que cuando empezaron a habitar por aquellos parajes más gélidos de Chinche Tingo, entre las cordilleras que hoy dividen a las regiones de Pasco y Lima, se había instalado unos jóvenes recién casados, y con el paso de los años tuvieron un único hijo, al que le llamaron Cashacushman, (fusión de dos voces quechuas: Casha = espina y Cushma = Vestimenta), esto porque su vestimenta parecía unas espinosas champas muy resistentes a los climas fuertes y que abundan en esos parajes, entonces en alusión a su vestimenta y a su carácter fuerte acordaron en llamarlos así. Éste estaba acostumbrado a los vientos gélidos que soplan en las punas y a estar juntamente con sus rebaños entre lluvias y tempestades, sin importarle nada, así transcurrió su infancia entre estos parajes desolados en compañía de sus adorados padres; pero conforme pasaba el tiempo sus padres entraron en años y ya ancianos fallecieron, y Cashacushman no encontró pareja alguna ni se interesó en buscarla afanado en atender a sus ancianos padres, y cuando se quedó sólo en esos desolados parajes buscó un lugar muy cerca de la laguna Morococha( 9 ) (laguna de aguas verdosas y piedras negras en el fondo de cuya característica adoptó el nombre) para hacer su choza y vigilar a sus animales que tomaban sus aguas, así fue hasta que un buen día entre la neblina, que acostumbraba cubrir la laguna, vio a una mujer que lavaba su ropa en sus orillas, golpeando con un mazo que reventaban extraños ecos entre las rocas cercanas; Cashacushman abrumado por una incertidumbre de estar viendo una realidad o una visión, instintivamente se acercó para comprobar lo que estaba viendo, ya que nunca había visto a ninguna persona por allí, y entre las neblinas que la cubrían y se despejaban, casi sin darse cuenta pudo llegar y ya estando cerca a la bella dama estaba de espaldas como si no se diera cuenta que alguien se estaba acercando a ella, el solitario joven carraspeó una y otra vez como para llamarle la atención, al instante la mujer giró la cabeza, y soltó el mazo en el agua levantando enormes hondas que se transformaron en olas, al mismo tiempo que la neblina desapareció rápidamente, el joven como impactado por la belleza atinó a preguntarle quién era, qué hacía allí y de dónde venía. 

La bella dama respondió que era una enviada por las almas de sus padres y estaba allí para hacerle compañía, que era la hija de los Apus de Anamaray (cordillera que divide a dos regiones Lima y Pasco) y que se casaría con él y así poder tener una prole que poblara aquella comarca, al oír estas palabras él se arrodilló, levantó la cabeza al cielo juntando sus manos imploró la bendición divina por tan magnífica compañía. 

Ya instalados en la modesta choza de Cashacushman la mujer de cabellos rubios como los rayos del sol, de rosada mejillas cual deliciosas manzanas, y ojos azules como el cielo serrano en verano; ordenó la casa, pastaba sus rebaños, sacaba leche de sus vacas, y todo era lindo, hasta el que el orgulloso Cashacushman estaba feliz de ver cómo aumentaban desmesuradamente sus animales (ovejas, vacas, mulas,…) hasta que sus supinos cálculos matemáticos ya no daban para más. Entonces recordando aquellos viejos tiempos de sus padres decidió ir a la quebrada de Chaupihuaranga para hacer el trueque con granos (maíz, trigo, habas,…) y le dice a su esposa que debe llevar carne seca y fresca con esos mulos, la mujer aceptó la propuesta y alistó el cargamento de carne y le dijo, ahora anda pero eso sí no te demores mucho, porque te vamos extrañar yo y tu hijo que llevo aquí en mis entrañas, por eso necesito tu compañía amado mío. 

Convenido ambos, alistaron la carga toda la tarde ya que a primeras horas partiría Cashacushman para la quebrada de Chaupihuaranga, con el encargo de retornar pronto. Las mulas llevaba sobre sus lomos carnes secas, hechas chalona13 , y algunas frescas recién sacrificados; es decir llevaba carne para todos los gustos; ya en la quebrada pudo realizar los trueques y de retorno llevaba maíz de todos los colores, amarillas, blancas y grises aparte de otros granos que complementaban las cargas de las mulas, que inquietas por retornar a sus parajes al momento de ser cargadas, tiraban sus orejas hacia el crin, movían la cola y lanzaban unos resoplidos con mucha nostalgia; y así se inicia el retorno, pero como era tan distante no pudo llegar en un solo día y más que la carga era bastante pesadas el retorno era lento.

Ya en esas llanuras de Pampacancha( 14), cerca de su casa se le acercaban los gavilanes negros pecho blanco, aquellos que paran cerca de las vacas y mulas para revolotear sus excrementos y buscar en ellas sus alimentos, y cada vez que levantaba el vuelo se descubría su pecho blanco y cuando se posaban se cubría de negro, y esto era observada por una astuta y hambrienta zorra, que alargó los pasos y fue hasta la esposa de Cashacushman, que estaba ya desesperada y divisaba por la esquina, se le presenta la zorra y le saludándole e inquieta para contarle un chisme que se la inventó con malas intenciones, esperó que la desesperada mujer le preguntara; respondiéndole el saludo, atinó a preguntarle de dónde venía y si, por si acaso no había visto a su esposo.

La ladina inmediatamente le dijo comadrita vengo de la quebrada, y mi compadre ya viene por Pampacancha jugando, jugando con una mujer de blusa blanca y manta negra debe ser viuda le dijo, pensando que la mujer iría inmediatamente a su alcance y mientras tanto ella haría su festín con sus rebaños, ya que no había comido varios días y se encontraba muy hambrienta; pero nada, la mujer llena de ira ensimismada en su celo decidió retornar a su antigua morada, al fondo de Morococha, para eso cogió su zurriago, movió en el aire dándole vueltas circulares e hizo reventar, al mismo tiempo que silbó de un modo especial y al oír eso, todos los animales se reunieron en contados minutos y los dirigió a la laguna, dejándole impávida a la astuta que no logró su objetivo, entonces pensó, esperar a Cashacushman para avisarle y en esos instantes llegaba él y apenas pudo ver cómo sus rebaños se lanzaban a la laguna y finalmente vio desaparecer entre las neblinas a su esposa y sin comprender cuál fue la razón desató sus cargas de maíz rápidamente dejándolos en las cuevas, para ir a la laguna y cuando ya terminaba de descargar, apareció la malhechora saludándole le dijo ¡hay compadrito, que desgracia! ¿Cómo le va hacer eso a usted? Tú que tanto la querías, tú que siempre le has sido fiel, pues no te mereces eso, pero tampoco te desesperes, con mi ayuda podrás recuperarla, pero eso sí a cambio me darías la mitad de tu fortuna, ¿qué dice compadrito?. El hombre en su desesperación aceptó todo lo que le proponía la maldita.

Y saliendo de su asombro atinó a preguntarle,

pero comadrita, ¿cómo podrás ayudarme?, al instante la astuta respondió, yo secaré el agua de la laguna tomando y tú estarás vigilando desde ese cerro para que no se escape o para ver en qué hueco se mete, ¡Ah! Pero eso sí, cuidado, cuidadito con gritar o desesperarte cuando la vez, no vayas a decir, ¡ahí está mi mujer!, porque si no fracasaremos.

No comadrita, haré lo que tú digas con tal de recuperar mi esposa y mi fortuna, dijo el desesperado Cashacushman. Dicho eso y convenido ambos, la zorra le dijo: Así será compadrito, ahora anda ve allá arriba y vigila desde allí y empezaron cada quien con su tarea, la zorra se ubicó en la orilla de la laguna y empezó a tomar el agua y por el ano empezó a botar hacia la quebrada de Yanamarca( 15), cuando ya estaba secándose el agua en el fondo de la laguna vio Cashacushman a su mujer sacando leche en un jarrón de oro de sus vacas pintadas y olvidando el compromiso, y muy emocionado gritó con toda su fuerza, ¡allí está mi mujer!, en esos instantes, sonó como un rayo la panza de la zorra y el agua se volvió a llenar, entre tanto Cashcushman quiso lanzarse a la laguna antes que se llenará de agua, bajaba a toda carrera, pero de pronto quedó petrificado y la zorra también a orillas de Morococha yace despanzada y fosilizada. Así terminó esta historia y en la actualidad, existen esos vestigios, una piedra (huanca) en medio de un roquedal, una silueta de una sirena en el medio de la laguna, y en la orilla la figura de la zorra destripada. Además se dice que el maíz amarillo, blanco y gris dejado por Cashacushman en la cueva se ha convertido en mineral (oro, plata y plomo) y son los actuales yacimientos de Pozo Rico, explotada actualmente por la Cia. Minera Buenaventura.

“Cashacushman, Cashacushman el gavilán y la zorra causaron tu desgracia”
___________________________________
(Relato del Señor Javier Raúl Minaya Lovatón)

El chivo puka corbata - Mito del Distrito de Pillao

Cuentan nuestros antepasados en San Pedro de Pillao, la familia SOTO, tenía un chivo grande, de cariño lo llamaban LUCHO, el chivo era bien querido por la gente, porque de pequeño era muy juguetón y cariñoso, pero con el tiempo pasó algo curioso, LUCHO cada martes y viernes en las noches desaparecía de su corral, don OCTAVIO el dueño se dio cuenta de esta desaparición, por lo que un viernes decidió seguirle. 

Seguía y seguía a cierta distancia y el chivo, se adentraba al sitio llamado WISHIRIN y entró a una cueva ¡oh sorpresa! al chivo lo esperaban todos los caprinos y se arrodillaban a sus pies venerándolos, lo llevaron a una habitación y salió bien vestido con terno y corbata roja. Ahí no más empezó la fiesta, con una orquesta que los músicos tocaban hermosos huaynos y mulisas, todos los caprinos veneraban al chivo que estaba sentado en su trono, comiendo manjares y bebidas exóticas, acompañadas de hermosas mujeres, que lo ventilaban con sus abanicos, de vez en cuando bajaba a bailar haciendo trencito, luego de la fiesta casi al amanecer cada uno se fueron con sus parejas a cada rincón. 

Don OCTAVIO sorprendido volvió a su casa, contó lo sucedido a su esposa, diciendo que LUCHO estuvo en una cueva bailando con su PUKA CORBATA. A la madrugada el chivo dormía plácidamente en el corral, como si nada hubiera sucedido, de allí para adelante el chivo cambió súbitamente su actitud, atajando y fastidiando a las mujeres en el camino, viendo el peligro en las mujeres, el dueño lo mató al chivo.
__________________________________________
(Relato del Señor Wilmer Ayala Chacón) 

El encanto del puente calicanto - Cuento Yanahuanca

En las orillas del río Chaupihuaranga existen muchos manantiales y uno de ellos se encuentra en Yanahuanca, cerca del Puente Calicanto, llamado Chuya Pukio. El puente Calicanto era el único puente que existía para cruzar de una banda a la otra banda de Yanahuanca.

En cada luna llena, se escuchaba las voces melódicas de una hermosa mujer. Los vecinos de aquéllos años, cuentan que cada luna llena salía la hermosa dueña del Chuya Pukio a sentarse sobre su piedra ubicada al costado del puente Calicanto.

 Una noche don Chapa Pastrana, se había tomado por demás sus copitas con sus amigos, eran ya las doce de la noche y salió a miccionar, de pronto se calmaron los sonidos del río y solamente escuchó un canto melódico, de la música que más le gustaba y curiosamente se acercó al encuentro y vio a una hermosa mujer sentada sobre la piedra, decidió regresar, avisó a sus familiares y amigos que estaba en casa.

 Al escuchar la noticia salieron todos al encuentro medio soñolientos, eran doce de la noche y don Chapa Pastrana regresó inmediatamente, y al regresar la hermosa mujer que observó sobre la piedra se desplazaba lentamente por el puente Calicanto llevando una canasta que dejó en medio del puente. La hermosa mujer llegó al Chuya Pukio y desapareció y don Chapa Pastrana corrió hacia la canasta, pensando encontrar y capturar al posible Ollquy que suponía estaba en la canasta y cuando se acercaba le dio un temor, empezó a temblar, pero Chapa Pastrana ebrio sin miedo se acercó mucho más, observó en la canasta al Ollquy, se desesperó y se desmayó.

Los familiares demoraron en salir de casa por el alboroto y al llegar al puente Calicanto encontraron a don Chapa Pastrana desmayado y botando espuma, gracias a ellos se salvó, porque la hermosa mujer quería llevarse a Chapa Pastrana, con su encanto y Chapa no consiguió su propósito de capturar al Ollquy. Se cuenta que el puente Calicanto es milagroso, para todos los varones porque dos personas que se quisieron suicidar aventándose al río no murieron, seguro que la bella mujer sueña desde Chuya Pukio y los protege.

“Calicanto, Calicanto el puente más antiguo”


(Relato del señor Adrián Loyola Maguiño)

La élite en Cerro de Pasco - Año 1840

El sector de la élite en Cerro de Pasco estaba integrado, al igual que el indígena, por individuos que constituían una “clase económica” muy marcada; eran los mineros propietarios y los dueños de las grandes casas de comercio que, sobre todo a partir de la gran boya de 1840, se establecieron en la ciudad. Pero, además, eran de un grupo étnico distinto, el “blanco”, y esta distinción físico-cultural dio a la élite y la estructura social que ella gobernaba un carácter especial. Ellos percibieron que no sólo era una base económica sino también elementos sociales y culturales los fundamentos de su poder. 

Más que como propietarios se cohesionaron como blancos y poseedores de una cultura distinta (y superior), que no sólo los distinguía nítidamente del sector popular sino que los hacía abrigar un temor al mismo. Fue una élite esencialmente urbana y en muy pocos casos absentista. Fuerade la ciudad y sus órganos de gobierno, su dominio y control sobre los indios era precario.

 El campo era percibido como un hinterland salvaje al que no se podía penetrar sin correr grandes riesgos. Las noticias de asesinatos de extranjeros a manos de los indios en pueblos aledaños contribuyeron a forjar este temor a los indios y su mundo rural26. Concientes de su “otredad” y estimulados por su corto número, el sector social dominante de Cerro formó una élite con una cohesión, cuyas eventuales rencillas entre diversas facciones no alcanzó a romper. 

 El carácter racial de la élite había nacido ya en la época colonial, pero fue reforzado durante el siglo xix por la afluencia de migrantes que vinieron desde Lima, y fundamentalmente, del extranjero.

La élite se compuso, al igual que los indios, principalmente de migrantes, pero inscritos en un movimiento de tipo permanente y no temporal. En las épocas de boya su magnitud decrecía al llenarse la ciudad de indígenas, y en las coyunturas de crisis la misma se incrementaba, al carecer del mismo grado de movilidad que aquellos para dejar la ciudad. El censo de 1876, por ejemplo, registra un 15% de blancos (cifra que, sin embargo, parece presentar una sobreestimación); pero a lo largo del siglo su magnitud no debió exceder del 5 ó 6 por ciento27. En cifras absolutas esto significa poco más de medio millar de personas. Algunos mestizos más próximos a la cultura “blanca” pudieron incrementar algo dicho número; pero los jefes de familia de la élite no debieron sobrepasar un conjunto de más de dos centenares.

Frente a un número tan reducido, las redes de parentesco debieron actuar con eficacia, incrementando el grado de cohesión, como también el de disputas ocasionales.

Hasta la gran boya de 1840 el sector estuvo conformado todavía por los “españoles”, esto es, los mismos mineros de la época colonial o sus descendientes.

Los mineros, decía Tschudi (c.1840) “... son por lo general descendientes de las antiguas familias españolas que en tiempos pasados tenían la propiedad de las minas de las cuales extrajeron sumas fabulosas, ... ” (1966:262). La revolución política de la independencia, consolidada en 1824, significó la expulsión de algunos grandes mineros españoles. Entre los principales podemos mencionar a Juan Vivas, que en 1823 huyó de Cerro de Pasco donde dejó propiedades (que incluían 60 mil cabezas de ganado) por un valor que fue estimado en 300 a 400 mil pesos28; Francisco Liaño, con bienes avaluados en 100 500 pesos; Francisco Avellafuertes y Francisco Goñi, que se refugiaron en el fuerte del Real Felipe29. Se trató sobre todo de españoles realistas; los mineros peninsulares que no se opusieron a la independencia, de un capital más bien mediano o modesto, no fueron afectados. Alguno de ellos optó por cambiar el nombre de su mina: “El Rey”, por “La Patriota”.

La mayor parte del capital de los mineros españoles que huyeron o fueron expulsados era un capital inmueble (casas, minas, ingenios), de modo que fue pequeña la porción conservada como liquidez que pudiera haber acompañado a los mineros realistas en su huida. No existió, en este sentido, descapitalización de la minería cerreña con ocasión de la independencia30. Quienes vinieron a reemplazar a los mineros emigrados y se convirtieron así en los beneficiarios inmediatos de la independencia, fueron algunos criollos, principalmente los que de un modo u otro habían colaborado con la causa emancipadora (caso de Francisco de Paula Otero, quien fue General de Brigada en la Batalla de Junín), aunque haya sido como patriotas “à la dernière”31; y los ubicuos ciudadanos ingleses. De los nueve compradores de las minas que fueron de Juan Vivas en el remate llevado a cabo tras el requisamiento, tres eran ingleses.

La coyuntura de las luchas de independencia abrió un período de movilidad social que permitió a muchos criollos, de origen oscuro, e incluso a algunos mestizos, ingresar como empresarios al sector minero (Mallon, 1980: 17-18). Dicho período, abierto con el arribo de la expedición de Alvarez de Arenales en 1820, se cerraría durante los primeros años de la década siguiente. Salvo aquel hecho y el ingreso de algunos ingleses, no se produjeron mayores cambios en la élite. Esta fue la clase que disfrutaría poco después de la boya argentífera de 1840.

En la década de 1850 se produciría el arribo de la migración europea. Sólo entonces aparecen, en los registros parroquiales de esa época, apellidos europeos no españoles y de hecho desaparece el calificativo “español” para referirse a los blancos. El movimiento fue precedido por los italianos en años anteriores; ya Juan Jacobo Von Tschudi los halló c.1840: “Los comerciantes son en su mayor parte europeos o criollos blancos, propietarios de las tiendas más grandes. La mayoría de los dueños de tiendas, café y cantinas, son aquí, como en Lima, italianos, principalmente genoveses” (1966: 262). Pronto los siguieron los propios españoles, ingleses, austriacos, alemanes y franceses. El censo de 1876 registró, para el distrito de Cerro, 1,6% de extranjeros; con una proporción de siete hombre por cada mujer. Más de una cuarta parte de ellos eran italianos, seguidos de cerca por españoles. Otros grupos importantes eran, en este orden, los ingleses, austriacos, chilenos, asiáticos, alemanes, franceses y argentinos. En el año 1891 un empadronamiento de hombres extranjeros avecindados en Cerro de Pasco volvió a dar, sin embargo, a los españoles la primacía, con 59 personas; seguidos de los austro-húngaros, que desde 1876 habían crecido extraordinariamente, con 53; y los italianos, con 44. Luego seguían grupos muy menores, entre los que destacó el de los chinos, con seis personas33. Como generalidad de los casos estudiados en el proceso de emigración europea a América Latina, los extranjeros llegaron solteros y jóvenes. La edad promedio de los residentes españoles, austro-húngaros e italianos, fue de 36,31 y 38 años, respectivamente. Quince de los 53 austro-húngaros tenían 25 años o menos (descontando inclusive los pocos casos en que se trató de hijos de migrantes mayores); entre los españoles este número era de diez (pero sólo de cuatro entre los italianos). Y al casarse, lo hicieron sobre todo con blancas, seguramente hijas de migrantes europeos más antiguos que pertenecían a la “sociedad europea” que controlaba la estructura cerreña en el siglo xix. De los once novios de raza blanca que entre 1820 y 1900 contrajeron matrimonio en Cerro, nueve lo hicieron con blancas y los otros dos con muchachas de raza no especificada

Casi la mitad de la élite cerreña estuvo pues compuesta en el siglo xix por extranjeros, fundamentalmente europeos. La naturaleza “extranjera” de este patriciado fue un factor importante para la constitución de una estructura social “cerrada”, impermeable virtualmente para efectos del ascenso de los grupos inferiores. No sólo el factor racial se convirtió entonces en un distintivo fuerte de la élite, sino también su participación en una cultura totalmente ajena a la del vasto grupo indígena. Sus superiores condiciones de vida se reflejan en una esperanza de vida al nacer más alta, por ocho años, a la del grupo indígena35. Una mortalidad infantil más baja fue esencialmente el factor que estableció esta diferencia. Además de la raza, otros signos externos de la élite eran el vestido y la vivienda. Ellos usaron indumentaria europea, que se expendía en los bazares principales de la ciudad o era confeccionada a base de tela importada por sastres, frecuentemente extranjeros, establecidos en la ciudad.

Los viajeros que visitaron la ciudad poco después de la independencia encontraron las viviendas, incluso de la gente acomodada, como ruines y miserables37. Pero el proceso paulatino de urbanización, alimentado por las boyas mineras, se expresó bien pronto en el surgimiento de un estilo de vida distintivo de la élite, que prestó especial atención al lugar de residencia: “Las viviendas mejores están bien instaladas y protegidas del frío por chimeneas inglesas;... ” (Tschudi, 1966:261). Hacia 1880, Ernest Middendorf (1973:111/12), luego de haber pasado una primera y mala experiencia en un hotel de la ciudad, no extrañó, en la residencia de un miembro de la élite, las comodidades de Lima, aunque tampoco dejó de percibir la profunda diferencia en las condiciones de vida de blancos e indios:

“Un paisano y acaudalado minero, el señor S., quien se había enterado de nuestra llegada, vino a buscarme y me invitó cordialmente a alojarme en su casa. Después de haber conocido de este modo Cerro de Pasco por su lado malo, llegué a conocerlo también por el lado positivo, pues la casa a la que me llevaron era de buena construcción e instalada como una residencia elegante de Lima, con alfombras, muebles finos, espejos, candelabros y vajilla de plata, en la que nos sirvieron una bien preparada comida, acompañada de excelentes vinos.
“Después de haber reposado algo, hicimos un paseo por la ciudad en compañía del dueño de casa. En la parte central las casas son de dos pisos y algunas bastante bien construidas; se ven muchas tiendas bien surtidas de toda clase de mercadería. En la medida que uno se aleja del centro, las casas son cada vez más pequeñas y parecen chozas. Allí es donde viven los indios mineros, aglomerados casi siempre en estrechas habitaciones”.

Las actividades económicas de la élite fueron fundamentalmente la minería y el comercio. En el sector minero eran los “propietarios” de las minas o sus administradores y mayordomos. Con frecuencia los individuos de una misma nacionalidad se agrupaban para la explotación de una o más unidades de producción, creando así un sistema en que había minas “de los españoles”, “de los austro-húngaros”, etc. En el sector mercantil monopolizaban el comercio de importación y dejaban a indios y mestizos los renglones más modestos del intercambio: “Los comerciantes son en su mayor parte europeos y criollos blancos, propietarios de las tiendas más grandes (...) El pequeño comercio lo realizan los mestizos, mientras los indios se ocupan de la venta de víveres que traen de regiones lejanas” (Tschudi, 1966:262). Tanto en la minería como el comercio, vale decir, los principales sectores de la actividad económica de Cerro, la filiación racial predeterminaba el lugar en su estructura. Más que la mera riqueza era un conjunto de distintivos el que señalaba a los miembros de la élite: la casa, la esposa, el vestido; y en las actividades económicas como la minería y el comercio debía ocuparse ciertas posiciones (propietario o mayordomo, nunca operario de minas; y el comercio de importación y no otros renglones). Por ello los intentos de traer operarios mineros europeos acabaron en el fracaso. Lejos de su ambiente original y confundidos con los indios, ellos, a pesar de su elevado salario, no sólo no desarrollaron las virtudes en el trabajo que se esperaba, sino que además degeneraron en alcoholismo e inútiles para cualquier ocupación39. Los pocos que no cayeron en tal estado desertaron del oficio de operarios y se emplearon en cargos de acuerdo a su raza y origen europeo.

Algunos extranjeros también fueron artesanos o profesionales, y en estas ocupaciones compartieron lugares con mestizos nativos; pero la pertenencia a ciertos gremios, como fonderos (en el que se especializaron los chinos), carniceros o conductores de metales, los hubiera desacreditado socialmente y tendieron a abstenerse de ellos, pues aún la actividad de contrabandistas tenía una mejor aceptación social. Pero sin mayor costo social podían participar en los gremios de abogados, farmacéuticos, sastres, escribanos, hoteleros40 y quizas más dudosamente en los de panaderos (en el que participaron muchos italianos), carpinteros y herreros.

Los miembros de la élite se autotitulaban y eran reconocidos como los “vecinos notables” de la ciudad. Como tales constituían un grupo de presión muy fuerte para efectos políticos. Los extranjeros tenían un órgano de expresión institucional a través de sus consulados. Para finales del siglo xix funcionaban nueve en la ciudad (Pérez Arauco, s/f). Se creó, además, una sociedad de las “Colonias Extranjeras”, que en momentos críticos como el de la ocupación chilena conformaron una guardia urbana “con el deseo de contribuir al mantenimiento del orden público, dentro de la más estricta neutralidad”42. Pero otros órganos no eran exclusivos de los extranjeros y agrupaban a la élite en su conjunto, como la Diputación de Minería, la Sociedad de Beneficencia Pública o diversos clubes sociales. Independientemente de éstos, inclusive, la élite en su conjunto o grupos de ella en caso de división, emitían comunicados o solicitudes de “vecinos notables” o de “comisio popular” cuando las circunstancias lo recomendaban43. Estos comunicados se hacían para respaldar o repudiar a una autoridad, proclamar la adhesión o rechazo a un presidente o caudillo, o con respecto a alguna ley que de alguna manera afectase la ciudad.

CUADRO 7. Resumen general de la Matrícula de Patentes de Cerro de Pasco, 1890
Matrícula de Patentes actuada por el Apoderado Fiscal para el año de 1890. AGN. Libros manuscritos Republicanos. H4-2565.1890.

En las últimas décadas del siglo xix la élite no sólo ocupaba todos los poderes sociales: los organismos culturales, las sociedades de beneficencia44, los periódicos, sino que monopolizaba gran parte del poder político. El Consejo Municipal era totalmente controlado por ella, al ser sus miembros los electores autorizados; eran sus integrantes, igualmente, los que proclamaban los candidatos por la provincia y el departamento para el congreso de la República. Los electores hábiles en Cerro de Pasco eran sólo algo más de doscientos en la última década del siglo. En una ciudad de diez mil habitantes ello significó simplemente la exclusión de las mayorías de la política institucional. Los miembros de la Diputación de Minería y los concejales del Municipio eran en gran número extranjeros y aún existieron alcaldes extranjeros.

A diferencia de la ciudad minera colonial, la del siglo xix no conoció un fuerte poder estatal que sujetase a los mineros y comerciantes locales. Después de la instauración del período nacional una de las primeras consecuencias fue que la élite pasó al control virtualmente directo del poder político local. Desapareció entonces toda posibilidad de barreras institucionales que a nivel político estorbaran el desarrollo de la minería dentro de este ámbito. Cuando una autoridad local nombrada por el Estado, como prefectos y subprefectos e incluso autoridades militares, se enfrentaba a los intereses de la élite, difícilmente sobrevivía en su puesto frente a los ataques de ésta.

Si bien el patriciado local cerró filas frente a las clases populares o el Estado, cuando fue necesario, también sufrió de rupturas internas que lo dividían. A veces se expresaban sólo a través de ofensas más o menos públicas entre integrantes de diversas facciones (que, por ejemplo, apoyaban a distintos caudillos nacionales), que terminaban en el sangriento “terreno del honor” del duelo. Con ocasión de la ocupación chilena, en 1881, salieron a relucir las múltiples querellas dentro de la élite, de la misma manera como ocurrió en otras ciudades del país (Bonilla, 1980-cap. VI). Los “vecinos notables” de Cerro se habían pronunciado por el gobierno de Lima en contra del de Piérola, como manera de salvaguardar sus propiedades; una vez que las fuerzas pierolistas ingresaron victoriosas en la ciudad y se propusieron castigar a los líderes del movimiento de apoyo al gobierno de Lima:

“... de entre nosotros mismos saltan las infames delaciones, las calumnias groseras, los rencores privados, los odios de familia y todas las innobles pasiones, manchando reputaciones honorables completamente ajenas al movimiento del 6 (el 6 de abril fue el pronunciamiento de apoyo a Lima), como puede atestiguarlo la conciencia pública”

Una censura más importante fue la que tendió a establecerse entre extranjeros y nacionales en el sector minero. Las colonias europeas habían formado una “sociedad” cohesionada y progresista y, al margen de su lugar de origen y su cultura, sus miembros podían ser considerados como “nacionales” desde el punto de vista que no tenían más vínculos que los afectivos con el exterior; pero no supieron, si es que se lo propusieron, integrar a “los hijos del país” en su seno. Claro que las disputas fueron ocasionales y los mineros nativos sacaron a relucir una conciencia nacional en momentos que no revelarían sino un pleno oportunismo50. Con ocasión de la penetración de nuevos socavones y la instalación de las máquinas de desagüe, en 1862, los mineros nacionales vieron afectados sus intereses. Pero la Diputación, controlada por los mineros extranjeros, pudo imponer aquellos planes, lo que logró, para el colmo de la indignación del nacionalismo de los mineros del país, ¡con el apoyo del prefecto! Sólo 39 de los 98 miembros del gremio concurrieron a la asamblea decisiva; y sólo 17 eran nacionales. Estos optaron por retirarse antes de terminada la reunión, expresando luego con amargura su resentimiento contra los mineros extranjeros:

“... era de todo punto de vista imposible que los propietarios de Pasco, los que tienen amor al suelo en que nacieron y tienen fincada en él su fortuna, los que no abandonarán el país tan pronto como haya repletado su bolsa, los que crearon a costa de sudores y fatigas los fondos de que se pretenden disponer, consintieran en derramarlos para beneficiar sin resultado alguno para el país a algunos especuladores extranjeros.

Sin embargo, a partir de 1901 pudo verificarse que tanto extranjeros como nacionales no vacilaron mucho en vender sus minas al sindicato norteamericano. Al lado del español Miguel Gallo Diez, el inglés Jorge Eduardo Steel, las familias italianas y alemanas Languasco y Scheuermann, figuraron también los oriundos Felipe Salomón Tello, Romualdo Palomino, Elías Malpartida, la familia Ortiz, etc. (Thorp y Bertram, 1978:82).

La cultura fue otro de los distintivos de la élite. En efecto, para pertenecer a ella no bastaba con ser blanco, preferentemente europeo, y haberse ubicado ventajosamente en el comercio o la minería; tampoco era suficiente vivir en una casa acomodada y ser de la lista de “electores” reconocidos en Cerro de Pasco. Un elemento importante era participar de la cultura que definitivamente separaba a un blanco de un indio.

La élite organizó una cultura de cariz bastante europeo en la ciudad. La indumentaria, las maneras, la música, las comidas y las bebidas que frecuentaban expresaban este hecho: “... en este pueblo -se decía- ... los extranjeros dan la norma de todas las virtudes sociales”52. El vals vienés, las polkas y bailes españoles marcaban el ritmo en las elegantes fiestas de la élite53. Estas se verificaban con ocasión de matrimonios, la conmemoración de fiestas nacionales por parte de alguna de las colonias extranjeras, agasajos a algún visitante importante, y también en algunas ocasiones comunes a toda la población cerreña, como en las fiestas patrias y los carnavales. En estas ocasiones colectivas es que se hacía muy patente la no integración de los dos mundos culturales presentes en Cerro. Existía el carnaval indígena y el carnaval aristocrático. Mientras aquel era una fiesta pública que se celebrara en los barrios periféricos de la población, éste combinaba la fiesta pública con las reuniones exclusivas en domicilios particulares. Las calles y plazas del centro eran tomadas por las comparsas de la élite: “Desde el sábado a las 12m. principió a sentirse el movimiento consiguiente para la entrada carnavalesca del célebre Don Calixto XVII, quien se presentó en las calles de la ciudad con una numerosa cabalgata, que lucían elegantes disfraces, acompañados de una banda popular54. Quedaban los indígenas, entonces, sólo como el coro de las tragedias griegas, presentes pero definitivamente distantes de los hechos del drama. Luego del juego callejero se celebraban por las noches las exquisitas fiestas de la aristocracia: “En las noches del 9 y 10 algunas familias respetables abrieron sus salones para dar acogida en ellos a muy distinguidos jóvenes de nuestra sociedad, que llevaban costosos y elegantes disfraces”55. Durante la fiesta pública, la necesidad de contar con bandas musicales, integradas generalmente por mestizos y hasta indígenas, obligaba a la élite a la concesión de escuchar las célebres mulizas que así se convirtieron en uno de los pocos referentes culturales comunes a la población cerreña

El carácter europeo de la cultura también se expresó en el arribo frecuente, a finales del siglo, de compañías de zarzuela y óperas, provenientes de Lima o la propia Europa. Estas incluían, en sus giras por el interior, a Cerro de Pasco, y ofrecían varias funciones a un público cuya ocupación de empresarios mineros no le impedía deleitarse con “la verbena de la paloma”. El Minero Ilustrado comentaba así las funciones de la compañía española “Abella” en el invierno de 1899:

“La concurrencia ha tenido sus variantes en cuanto a número que por lo que respecta a calidad, siempre ostentan los palcos del alegre (teatro) portátil, las bellezas de la higue life (sic) de la sociedad cerreña, que en más de una ocasión nos hemos creído transportados a uno de los teatros de las riberas del apasible Rímac. Doquiera hayamos extendido la vista ha sido para admirar algún rostro encantador de sílfide mitológica, cuya delicada ‘toilete’ saturando la atmósfera de delicioso y delicado ambiente nos ha hecho transportar a regiones de lo ideal”

Sociedades dramáticas y filarmónicas se formaron en Cerro de Pasco como expresión del tono europeo de la cultura58, y el piano, a pesar de que debía ser transportado penosamente a lomo de mula desde La Oroya, distante a 130kms., o aún desde más lejos antes de 1893, cumplió puntualmente su función en la educación de las hijas y en la distinción de las viviendas de la élite.

El tiempo de ocio de este sector social se empleaba en deportes exclusivos como el tiro, las regatas y paseos en bote en la laguna de Patarcocha. En las rifas y los salones de juego los aristócratas eran los tahúres que perdían en una noche lo que habían acumulado durante semanas en la actividad minera. Tschudi (1966:263-64) no dejó de sorprenderse por:

“...la inclinación incontrolada por los juegos de azar. En pocos lugares se juega tan alto como en Cerro de Pasco. Desde las primeras horas de la mañana están en movimiento los dados y los naipes. El minero deja sus listas de pago, el comerciante su vara de medir, para reunirse a jugar un par de horas en el curso del día. De noche es casi la única diversión en las mejores casas de la ciudad. Los mayordomos de las minas, generalmente hombres jóvenes de buenas familias de la sierra, que han dirigido la punta durante el día, al caer la noche se sientan a la mesa verde y la abandonan solamente cuando oyen la campana que avisa que les toca el turno de bajar nuevamente a la galería”.

Los trabajadores en la cantina y los empresarios en el casino fueron, para algunos observadores como los viajeros europeos, el signo de una falta de disciplina o espíritu de acumulación, que tenía como fatal consecuencia el que la fortuna pasase a manos de quienes invertían menos productivamente el capital: comerciantes y “... los tahúres profesionales que nunca faltan”. (Tschudi, 1966: 264).

Un rasgo típico en la élite fue la exclusión de las mujeres de cualquier actividad laboral remunerada, con la excepción de la enseñanza del piano. Las señoras de la aristocracia empleaban su tiempo en la organización de obras de caridad y cultos religiosos, asociados a congregaciones religiosas y sociedades de beneficencia.

La alimentación de este sector también fue otro de sus rasgos distintivos. Ella no sólo era superior sino culturalmente distinta a la del sector indígena. Lo propio ocurría con las bebidas

En suma, la élite desarrolló una cultura que podríamos denominar con el nombre con que bautizaron a una de sus sociedades culturales: “cosmopolita”. El surgimiento de una activa e importante prensa local vino a coronar la naturaleza universal de su cultura.

Desde 1851, año de la conversión de la ciudad en capital departamental, registramos la aparición de la primera prensa periódica en Cerro de Pasco. Se trataba de “La Pirámide de Junín”, periódico oficial que por lo menos hasta 1862 ya había publicado 478 números62. En la década de 1880 aparecen varios otros, aún cuando destinados por lo general a una cortavida: “La Gaceta de Pasco”, “El Eco de Junín”, “La Unión”, “El chico-T”, “El Ronzal”, “La Opinión Nacional” y “El Progreso”, en cuyas páginas diferentes facciones de la élite se atacaron unas a otras y expresaron sus proyectos de desarrollo regional. A finales de 1897 apareció el periódico más importante, que vino a coronar brillantemente este desarrollo de la prensa: “El Minero Ilustrado”, de periodicidad bisemanal, cuya vida se prolongó hasta 1950

A través de la prensa, pero también a través de medios más sutiles como el propio lenguaje cotidiano, la élite monopolizó el derecho al discurso, situación que por lo demás fue facilitada por la presencia de un 75% de analfabetismo en el distrito de Cerro.

La élite cerreña, en síntesis, fue una pequeña oligarquía de origen europeo, con características estamentales, que debía gobernar a una vasta mayoría indígena culturalmente lejana. Ella monopolizó el acceso a todas las instancias políticas de la ciudad, incluyendo el derecho al discurso. Sus bases económicas fueron la minería y el comercio, actividades en las que desde mediados de siglo se enquistó una numerosa colonia europea. Esta desarrolló una cultura cosmopolita, más cercana a París y Londres que a los pueblos indígenas de donde provinieron los trabajadores que controlaban. Una fracción criolla, sin embargo, actuó como bisagra con el sector indígena y a través de ella emergieron tímidamente en la élite algunos elementos de la cultura popular, como la muliza y el carnaval católico.

____________________________________________________________________
Indios y blancos en la ciudad minera: Cerro de Pasco en el siglo XIX1
Carlos Contreras

La fiesta de los compadres o de la juventud - Chacayán,

 Los jóvenes chacayanos, hombres y mujeres, esperan con mucha emoción y entusiasmo esta fiesta, que no sólo es de reencuentro de las generaciones, sino que congrega especialmente a los que recordando algunas burbujas de amor, vuelven al enamoramiento en serio y sirve también para los que no aprovecharon su oportunidad, como los solteros, puedan encontrar su media naranja. 

De lugares distantes llegan a su Chacayán querido, a recordar su niñez y juventud en sus barrios, a contemplar el hermoso panorama que se extiende desde su pueblo por toda la parte media del Chaupihuaranga. De Italia, España, Argentina, Estados Unidos; de Lima, La Oroya, Cobriza, Cerro de Pasco, Yanahuanca, Huánuco, Jauja, Huancayo y otros lugares del país se dan cita a esta fiesta que se realiza entre enero y febrero, aunque por lo general cae en febrero, ergo el 2006 se celebró los días 16,17,18 y 19 de febrero, un fin de semana, de jueves a domingo. 

La organizan los jóvenes de ambos sexos formando parejas, eligen a un coordinador a quien comúnmente lo llaman cabeza o jefe que en otros lugares los denominan mayordomos, carguyos o alferados. Son cuatro o a veces seis los cabecillas varones con igual número de damas por el barrio de arriba (Ichocán y Huanca) y otro tanto por el barrio de abajo ( Ayaucán y Chaupis). 

Dos cabezas por día (un hombre y una mujer) organizan la fiesta, cada barrio contrata una banda de músicos para los cuatro días, en los cuales preparan y dan almuerzo para los invitados y asistentes. El primer día, luego del alba y detonación de bombardas, se realiza la misa en el templo del pueblo en honor a Tayta Compadres o Tayta Jorgorón, luego de degustar el almuerzo ofrecido por los Cabezas, los del barrio de arriba suben a la capilla Jorgorón llevando su cruz, bien adornada con paños, macetas y rosones animados con las melodías de su banda de músicos.

 De igual forma los del barrio de abajo llevan su cruz y al sacerdote para que oficie la misa en la capilla de Matacruz, recuerdan al sacerdote Próspero Reyes por sus homilías e identificación con el pueblo. Luego de la misa, en esta capilla degustan algún bocadillo que reparte el Cabeza y en ambos lados se inicia la fiesta con banda, bailan huaynitos cerreños y otros que interpretan los músicos, es también el momento del enamoramiento, de volver a recordar y vivir tiempos idos, la alegría se torna desbordante sobre todo cuando los mayordomos o cabezas reparten el vino primero, luego el batido de ponche o aloja y finalmente el aguardiente. 

Ya cerca del crepúsculo vespertino comienza la bajada al pueblo, todos tomados de la mano, en rueda como el amaru incaico, bajan bailando, disfrutando de esos momentos que sólo una vez al año se repite. En el pueblo, la fiesta continúa con los juegos artificiales y castillos, un poco más de las 22 horas la fiesta del día termina.

 Los tres días siguientes celebran el carnaval, cada barrio pone hasta cinco árboles o yunzas por día; los padrinos (la pareja que botó el año anterior) colocan y adornan al árbol que le corresponde con serpentinas, globos, juguetes, frazadas, colchas y utensilios varios. Jóvenes y señoritas se visten con trajes alusivos para el juego con talco, serpentinas, pica pica.

 Las chicas con su blusa blanca, su lliclla o filfa, sombrero de paño. Todos al compás de la música dan de hachazos a los árboles que entre la alegría de niños y adultos caen, y sin importarles la copiosa lluvia que cae y cae, los de la fiesta siguen bailando hasta el cuarto día que se despiden saludando al Ño Carnavalón.

El Charicámay - Chacayán

 Es la fiesta costumbrista de mayor identificación de los chacayanos, la fecha de su celebración es movible por ser la fiesta de los carnavales, es decir de la trasgresión a las normas cotidianas de la vida, es una fiesta con mucha alegría en la que el humor, la caricatura hablada, así como el amor entre parejas brota como las flores del campo. Es el juez de paz el que coordina su celebración, los regidores de cada barrio buscan sus colaboradores entre sus familiares y amigos, gente que los ayude con los gastos, también a los bailantes, para ello han realizado sus wajes o aychamas y es el momento de la retribución. Cada regidor compromete a cuatro bailantes varones y a tres o cuatro damas por bailante, así se forman cuatro comparsas. La vestimenta o disfraz del varón o Charicámay constituye un sombrero adornado con flores naturales, una camisa blanca con unas manguillas de colores y con dibujos, un chaleco negro o marrón. 

Lleva también un calzoncillo blanco y encima un calzón largo de color negro o azul marino sujetado por una faja de colores y dibujos, se coloca medias de lana de borrega de colores escandalosos como el verde claro, el rosado, el amarillo brillante, con el propósito de llamar la atención para el bailante disfrazado. Lleva también un shucuy u hojota de cuero de res. También llevan un poncho color vicuña que lo amarran a la faja, de la cual se agarran o sujetan las parejas en el momento del baile. Uno de estos bailantes es el Olgohualash que lleva en la mano derecha una bandera peruana adherida a un palo envuelto con flores y hierbas aromáticas, además de globos y serpentinas. 

El disfraz de las chicas constituye, un sombrero blanco de paja, una blusa o monilla también blanca, cubren su espalda con una manta filfa con blondas al borde, encima una pullacata o manta adornada con estampados y dibujos. De acuerdo a cómo le quede al cuerpo llevan dos o tres fustanes de colores, uno de ellos con adornos tejidos a croché; sobre ellos una falda de terciopelo y otra de muchas rayas, tratan de salir hermosas. Llevan además un pañuelo amarrado a la cintura con el cual bailan y se agarran unas a otras. Los bailantes por lo general son solteros, los varones entre 18 y 30 años y las mujeres entre 15 y 20 años, danzan con cariño e identificación con su pueblo y sus costumbres. El varón va adelante danzando cadenciosamente, detrás de cada varón tres o cuatro damas, a veces en fila pero más entrecruzándose, una por aquí, la otra por allá, pero todos con prosa, con elegancia, van cantando:

Charicámay, Charicámay              ¡Agárrame!, ¡Agárrame!
 Domingo de carnaval                                                 
Chaypachu pasarga                Por ahí ha pasado 
                                             Rosado bandera 
   Taripala, tariparga              Si la alcanzan van a 
Cushuru palashu              recoger cushuru 
                        Taripala, Tariparga             Si la alcanzan, la van a machucar
                              Jinanchu Nitirashu                Encima o ahí mismo la machucaremos

Entre tanto, las señoras casadas y madres solteras disfrazadas al igual que las jóvenes bailantes alegran también la fiesta, echan harina y talco a los asistentes; con su chicotillo de tres puntas de plata que lo van dando vueltas por el aire, ponen orden entre la gente; pero también premian a los que festejan las ocurrencias y curiosidades de los bailantes con el néctar de los dioses. Son tres días de fiesta que en la Plaza principal y en las calles de Chacayán, los pobladores de este hermoso pueblo se reencuentran con sus ancestros a través de sus expresiones culturales auténticas.

La fiesta del Campo Huaylas - Chacayan

La fiesta del Campo Huaylas 

Se celebra todos los 6 de enero, asociada a la Pascua de Reyes, es una fiesta ancestral con la cual se dio inicio a las actividades agrícolas y pastoriles. La llegada de las lluvias permite el cultivo y el crecimiento de pastos. La asociación de lo religioso cristiano con lo indígena, tiene como fondo ideológico recibir las bendiciones del Hacedor para que al año que se inicia sea lluvioso.

Organiza esta fiesta la Junta Comunal que cuenta con la participación de los campos y regidores, los primeros bajo las órdenes del juez de paz y los segundos del gobernador. Para los gastos se hace una cuota entre las autoridades para pagar la misa y la banda de músicos.

Son siete los campos, más de uno por barrio, llevan a siete alguaciles que son niños de 8 a 10 años. Campos y regidores son autoridades designadas según la escala que ocupan en el padrón de la comunidad, están encargados del cuidado de las sementeras y asegurar una buena cosecha.

El día de la fiesta desde muy temprano visitan los manays destinados al sembrío; de regreso al pueblo, sirven a los acompañantes un suculento desayuno y con la banda de músicos acuden a la misa, y al finalizar ésta realizan la Bajada de Reyes.

En el atrio del templo los campos y alguaciles bailan sin disfraces una danza telúrica referida a la siembra, danzando llegan al local comunal o a la casa de uno de ellos en la cual se sirven exquisitos potajes a todos los asistentes, degustan papa a la huancaína, patasca, caldo de cordero y estofado, el baile continúa hasta ya entrada la noche.

Chacayán: Fiestas y costumbres

 Las fiestas más importantes que se celebran en este pueblo son: la del Campo Huaylas, la del Charicámay o del Carnaval, la de los Compadres y de la Juventud, y la de la Semana Santa con fechas movibles; la de la Virgen Natividad el 8 de septiembre y la del Señor de la Exaltación el 14 del mismo mes.

Chacayán : Etimologia

Acerca del nombre Chacayán 

Son varias versiones sobre el origen de este nombre, unos lo asocian con el canto de un ave de cantar melodioso y otros con el lugar de descanso de los viajeros. Los lugareños precisan que el nombre de Chacayán proviene de los topónimos chicyan, onomatopeya del canto de las palomas que en su trinar nos hacían escuchar el «chic-yan, chic-yan», Chiquián, Chiquián, y que por asociación o convención la población llegó a denominar Chacayán.

 Igualmente refieren los pobladores antiguos que atesoran las tradiciones chacayanas, que desde tiempos muy remotos por la quebrada del Chaupihuaranga cruzaban viajeros que iban y/o venían de Huánuco, Yanahuanca, 

Dos de Mayo, Pasco, los cuales solían pernoctar en un lugar acogedor con árboles y totorales, especialmente al caer la noche, refiriéndose al momento de oscurecerse con el término «Chacaychana», que con el uso finalmente quedó en Chacayán. Estas versiones no niegan la posibilidad de que el nombre pudo haberse tomado del último curaca Inca de la zona, tal como se ha hecho con muchos pueblos andinos peruanos.


_______________________________________________________
Chacayán, comunidad pasqueña, su organización y tradición cultural
Bernardino Ramírez 
Universidad Nacional Mayor de San Marcos


Chacayán. Leyenda

Leyenda sobre Chacayán

César Pérez Arauco, en su libro Voces del socavón, refiere la leyenda sobre «El pueblo del Espíritu Santo» en la que nos dice:

 A un kilómetro de donde se levanta el pueblo de Chacayán, estaba la aldea de Mito en donde pernoctaba Santo Toribio de Mogrovejo en sus viajes misioneros a Huánuco. En aquellos tiempos, lo que sería más tarde Chacayán, no era sino el echadero de espléndidos pastos para el ganado y lugar donde se cruzaban las vías por las que caminan a pie los indios de Yacán, Michivilca, Pillao, Yanacocha, Páucar, Dos de Mayo, Cayna (Huánuco) y Huertas. Fueron los miteños pudientes los primeros en establecerse en este lugar para efectuar la venta de ganado y productos agrícolas. Comenzó como un tambo en el cual pernoctaban los arrieros en su larga caminata de Cerro de Pasco, Goyllarisquizga y otras comunidades del Chaupihuaranga a Ambo, Huánuco y viceversa. En los totorales de este lugar, había un ave de hermosísimo canto que ocultamente hacía escuchar su melodioso trino: ¡Chiquián!, ¡Chiquián! Los nativos escuchaban embelesados la voz, pero no podían ver al ave misteriosa. Unos decían que era un gacharrancas, otros que era un acaccloy, otros que el huaychao, otros el jilguero, etc., pero nadie había podido ver al enigmático cantor hasta que un día un hombre escuchó cantar al ave misteriosa en las alturas de Jorgorón y siguiendo la tonada armoniosa, se encontró con la figura de una hermosa paloma grabada en la piedra. Emocionado bajó al pueblo a contar el hallazgo y, al momento, la gente fue a comprobar el portento de la aparición. El anciano cacique con voz pausada y sabia dijo que se trataba del Espíritu Santo. Conmovidos los hombres y mujeres decidieron edificar una capilla en el sitio del hallazgo.
Juzgaron que su presencia era una orden para establecer un poblado y decidieron que como el ave cantaba siempre en el totoral, allí fundaron el pueblo. Andando los años el minero español Don Manuel Fuentes regaló a Chacayán una hermosa paloma de plata maciza que representaba al Espíritu Santo, unos años después el cura Florencio Sarriá se la llevó a Llata y ante los continuos reclamos de los chacayanos se la devolvieron pero ésta ya era una simple escultura de yeso con un ligero baño de plata» (Pérez, 2002: 355-356)

_______________________________________________________
Chacayán, comunidad pasqueña, su organización y tradición cultural
Bernardino Ramírez 
Universidad Nacional Mayor de San Marcos


Chacayán, Reseña histórica

 Reseña histórica
 La comunidad campesina Espíritu Santo de Chacayán se encuentra ubicada en los contrafuertes andinos que se desprenden de la meseta del Bombón que dan al Chaupihuaranga en la provincia Daniel Alcides Carrión, región Pasco, a unos 3,383 msnm. Limita por el Norte con la comunidad de Tápuc y Chanco, por el Oeste con las comunidades de Mito, Vilcabamba, Cuchis y Patarayoc; por Oeste y el Sur con Rancas, por el Este y Noreste con Santa Ana de Tusi y Goyllarisquizga.

 Su extensión alcanza a 14,295 hectáreas (142.95 km2 ), área que puede modificarse al resolverse los conflictos limítrofes que tiene con las comunidades de Chango y Santa Ana de Tusi . La comunidad de Chacayán tiene una larga historia como todos los pueblos de esta parte central de los Andes peruanos, según autores como Augusto Cardich, Hernán Amat y Marino Pacheco existen vestigios de poblamiento de esta zona en el período Precerámico como las pictografías encontradas en las cuevas de Altosmachay, Pucagaga y Contuyoc que tendrían una antigüedad de más de 4000 años a.C. 

Para el Formativo, unos 2000 años a.C. también se han encontrado yacimientos arqueológicos como los de Rayánpata, Altosmachay y Huántar. Durante el Horizonte Medio (600 a 1100 d.C.) se encuentran núcleos poblacionales controlados por el Imperio Wari y entre 1100 y 1470 se establecieron en esta zona los Yarovilcas, pueblo de filiación aymara que llegó desde el Altiplano y conquistó estas tierras en las cuales impuso su cultura pastoril, bastante pobre y escasa, no obstante pudo lograr el control vertical de los pisos ecológicos, practicar una agricultura de cereales como la quinua y el maíz, de tubérculos como la papa, la oca, los ollucos y la maca, e igualmente impusieron su religión y mitología en torno a Raco y Yanacolca que representaban a fenómenos meteorológicos como el trueno y el rayo. 

Este imperio Yarovilca se fragmentó y decayó quedando circunscrito a las quebradas de Chaupihuaranga y Huariaca. En 1470 estas llactas o pueblos fueron conquistados por el Inca Cápac Yupanqui y al igual que los Taramas y Chinchaycochas se incorporaron al dominio Inca.
En este período (1470-1532), los Incas impusieron su organización económica, social y política, teniendo como eje al ayllu, introduciendo en la zona diversos mitmas sea con el propósito de control de la población y de enseñanza de las nuevas prácticas incas en los distintos campos del quehacer humano desde la producción hasta sus prácticas religiosas.

 La conquista hispana fracturó profundamente el desarrollo autónomo de estas poblaciones, que ante la presencia de las encomiendas, las haciendas y las estancias, se vieron concentradas en lo que por disposición de Toledo (1568- 1581) se denominó «Reducciones de Indígenas» que significó para los naturales el despojo de sus tierras, su disponibilidad para ir a trabajar gratuitamente en las minas, los obrajes y otros centros de actividad económica hispana, claro está con el manto religioso de la evangelización. Los historiadores ante la falta de documentación relativa a la fundación de muchos pueblos andinos han creído conveniente considerar a 1572 como el año de fundación de estos pueblos, de los cuales no se registra la fecha de fundación española que se hiciera bajo la advocación de un santo, una virgen o como en el caso que nos ocupa del Santísimo Señor del Espíritu Santo de Chacayán, y es probable que el nombre se relacione con el curaca principal de este lugar. Según refiere Marino Pacheco en su libro Pasco en la Colonia, para 1583 en la Doctrina de Tapo y Michivilca ya existía una iglesia en cada uno de los pueblos de: Tapo, Tusi, Michivilca, Mito, Chango y Vilcabamba, para esa época Chacayán estaba incorporado a Mito.

 En el mismo libro se menciona que en 1777 en Chacayán vivían 401 indios y 49 mestizos que sumaban 450 personas y en la hacienda Misca 10 indios y 4 mestizos ( Pacheco, 1992: 87). Durante la Colonia esta comunidad era el Común de Indios habilitadora de mano de obra para las haciendas, las minas, los obrajes y estancias; sus tierras fueron recortadas y para mantenerse en ellas tuvieron que someterse a las composiciones de tierras ordenadas por la Corona española cada vez que requería de más dinero de parte de los naturales, es así como pagan a la Corona doscientos reales de oro por sus propias tierras cuya extensión alcanzaba a 14,295 hectáreas. 

Durante la República, Chacayán como todas las comunidades andinas fue marginada a su suerte ante la presencia del latifundismo en la zona, su ascensión a distrito el 13 de septiembre de 1825 por Bolívar y ratificado por Ramón Castilla el 2 de enero de 1857 le dio mayor cobertura especialmente para relacionarse con poblaciones importantes como Pasco, Huánuco y Yanahuanca, de ello refieren viajeros como el cónsul inglés Alfred St. John que en 1896 presentara informes sobre la riqueza minera de esta zona. Con la llegada de la Cerro de Pasco Corporation a sus terrenos de Goyllarisquizga en 1903 se inicia la penetración y despojo de sus tierras durante el siglo XX; como comunidad de indígenas es reconocida el 1 de febrero de 1929 durante el gobierno de Augusto B. Leguía, amparando la inalienabilidad, la inembargabilidad y la imprescriptibilidad de la propiedad sobre sus tierras, en este período Chacayán formaba parte de la provincia de Pasco y del departamento de Junín, hasta el 27 de noviembre de 1944, fecha en la cual se crea el departamento de Pasco y su provincia Daniel A. Carrión de la cual en adelante es uno de sus ocho distritos. 

Se observa que en la ocupación del espacio urbano siguieron los principios prehispánicos de carácter dual, esto es de la bipartición, lo cual explica la existencia de los barrios Alto y Bajo, en alusión al Hanan y Hurin que aún se observa en la ciudadela prehispánica de Huántar, así como los otros barrios de Ichocán y Allaucán que estarían señalando a los ubicados a la derecha e izquierda de la población, que con el devenir del tiempo hoy aparecen concentrados dos en el Barrio Alto (Huanca e Ichocán) y los otros dos en el Barrio Bajo (Allaucán y Chaupis) cada uno de ellos con sus respectivos caseríos en la zona alta, lo que demuestra que la división que se da a nivel del pueblo, también se ve reflejada en el uso de los terrenos de cultivo y los pastizales comunales.

_______________________________________________________
Chacayán, comunidad pasqueña, su organización y tradición cultural
Bernardino Ramírez 
Universidad Nacional Mayor de San Marcos


LURINFUNDO- Cuento - Pasco

13-14a. VARIANTE DE LOS CUENTOS NQ 13-14 

(A. Arteaga León, 1976, p. 22) . 
Pampas 

LURINFUNDO

Lurinfundo palabra compuesta del quechua Lurin que significa Bajo y del castellano Fundo o finca rústica, son tierras bajas de cultivo, escondido en una encañada profunda de la quebrada de Chacur y al Oeste de la antigua población de Pumacán hoy La Florida.

 Don Esteban Padilla un activo y emprendedor comunero de Pampas quiso aprovechar las tierras eriazas de Lurinfundo que se perdían así por,que nadie se atrevía a sacar la acequia que debía llevar el agua para irrigarla.

Y es que el canal debía salvar precipicios y rocas que parecían insuperables. Sin embargo Don Esteban acometió la obra como empeño y tenazmente, avanzando muy corto trecho al cabo de muchos días de esforzada labo?.

 Pero un buen día se presentó su compadre Emiterio y le dijo:

-Compadre: Buenos días. ¿Y como va el trabajo?

-Aquí compadre haciendo lo que se puede; pero el trabajo está recio. En fin todo lo que es tierra no hay cuidado, pero lo que es la peña no sé cómo me los voy a ver.

 -Sí compadre, esto está difícil, sobre todo la peña. Bueno compadre hoy te ayudaré. Anda traiga la coca y los gastos no más. Gracias compadre y si es por los gastos voy ahora mismos.

 Y subió rápidamente a La Florida encontrando a su esposa Doña Marta Pariona que todavía no preparaba el almuerzo. Le contó la visita del compadre Emiterio y como se había prestado voluntariamente a trabajar y que lei había dejado en piena obra para llevar los gastos.

¿Que estás hablando cristiano?, si el compadre acaba de pasar por acá y todavía he hablado con él.

No puede ser, yo le he dejado trabajando en Lurinfundo.

-Para convencernos 'vamos a verlo a su casa.

Efectivamente, el compadre Emiterio descansaba tranquilamente en su casa, manifestando que no había salido esa mañana de la población. Convinieron entonces con Doña Marta que fuera a ver qué hacía el sujeto que se había quedado trabajando en Lurinfundo.

 Al divisar ella desde Emparca vió ,que una larga hilera de trabajadores construían la acequia empujando pedrones que iban a rebotar en el fondo del riachuelo y levantando una gran polvareda en el lugar.

Todo aparecía como una gran comunidad en plena faena. Doña Marta agarrando valor gritó:

Don Esteban..a..a..an!

Instantáneamente cesó el tremendo ruido, desaparecieron 1os trabajadores y se disipó el polvo del trabajo. Pero quedó el canal construido salvando el precipio y cortando el peñasco, de! cual se aprovechó Don Esteban, tranquilamente para irrigar su fundito hasta la actualidad. La conseja lo atribuye como la acequia ayudado por el diablo


_________________________________________

RECOPILACIÓN DE CUENTOS EN RELACIÓN CON LO SOBRENATURAL EN PAMPAS - LA FLORIDA (Escrita por Jorge Osterling )

PISHTACU MACHAY - Cuento - Pasco


12a. VARIANTE DEL CUENTO NQ 12

 (J. Osterling, 1980, p. 220) 
San Agustín de Páriac 

PISHTACU MACHAY 

Con el nombre de Pishtacu Machay se conoce a dos grandes cuevas con huellas de fogata y de humo, una ubicada en las alturas de San Agustín, y la otra en las cercanías de Huayopampa. Dicen ,que los pishtacus hacían ahí sus fechorías.

Cuentan que en cada una de estas cuevas hay un gran clavo que está incrustado en el cerro. En ese clavo, dicen, los pishtacus colgaban a sus víctimas. Por eso es que en el interior de las dos cuevas se hallan numerosos huesos.

Los pishtacus aparecieron después del Virreinato, y aprovechaban. de la soledad y del silencio de las alturas. En la puna por más que uno grite y pida auxilio, no hay quien, lo oiga a uno y quien acuda a defenderlo. En esos tiempos se andaba mucho por estas alturas.

La gente, desde Huaroquín y hasta Pacaros, bajaban a San Agustín para hacer sus compras de maíz, habas, trigo y papas, Los Agustinos también hacían muchos viajes, unas veces al maizal de Huayopampa, otras a los pueblos vecinos y hasta incluso a la costa. Era esa oportunidad de los viajes, en la soledad de los viajes, la que aprovechaban los pishtacus.

Los pishtacus esperaban a los viajeros que transitaban por los caminos de las alturas, los amarraban y los llevaban a esas grandes cuevas ,que ahora llamamos Pishtacu Machay. Ahí, en esas cuevas, degollaban a los viajeros y los tostaban como chicharrón para sacarles su grasa y luego bajar a la costa para venderla a las fundiciones que hacían campanas.

Los pishtacus preferían a las mujeres gordas porque a ellas les podían sacar más grasa. Este trabajo de los pishtacus se debía a que las fundiciones de la costa necesitaban grasa humana para producir camvanas de mejor timbre.


_________________________________________
RECOPILACIÓN DE CUENTOS EN RELACIÓN CON LO SOBRENATURAL EN PAMPAS - LA FLORIDA (Escrita por Jorge Osterling )

Humantanga-Canta - Cuento - Pasco

1 la. VARIANTE DEL CUENTO N" 1' 
(S. Quijada Jara, 1958, p. 103) 

Humantanga-Canta 



Ha mucho tiempo. . . por el distrito de Huamantanga existía una cueva llamada Ocrocaca, por Canta. Allí se podía aún ver un enorme gancho de hierro.

Era nada menos que para colgar la grasa y cebo de las gentes. Esa grasa servía para engrasar el molino de Yanachacra. Cierta vez una mujer campesina vivía sola en una estancia, donde tenía buena cantidad de carneros y ovejas. Pero también criaba dos perros lanudos, muy bravos y malos llamados "Tanitán" y "Uruncusha".

 Un día los pistacos al verla sola y un tanto distante de su estancia, la agarraron para matarla. La mujer les suplicó que le concedieran una gracia antes de morir y les dijo: ''Déjenme cantar fuerte y bailar y después moriré con gusto".

 Le concedieron esa gracia y la mujer comenzó a cantar: tanataaa. uruncuchaaa, tanataaa, uruncuchaaa, los perros se presentaron a toda carrera y abalanzándose contra los pishtacos los devoraron, y salvaron así a la mujer.

_________________________________________
RECOPILACIÓN DE CUENTOS EN RELACIÓN CON LO SOBRENATURAL EN PAMPAS - LA FLORIDA (Escrita por Jorge Osterling )

CAPARISHO- Cuento - Pasco

CUENTO N°22 

CAPARISHO 


Celestino Caro era de Cerro de Pasco, del pueblo de Yanahuanca. El tenía su mina y era huérfano de madre. Tenía su madrastra. La madrastra diariamente le hacía moler un batán de ají. En la mina se consume mucho ají. La madrastra no le daba de comer cuando estaba solo. 

Ya fue creciendo, llegó a ser un joven y cuando estaba moliendo el ají se amargó Celestino con la madrastra. Agarró el moledor y le tiró una pedrada a la madrastra. El papá de Celestino quiso matarlo pero su abuelita lo escondió entre los parientes. . .

 A eso de altas horas de la noche en luna, la abuelita lo sacó para ,que escapara del pueblo. Se aventuró, vivió así por los pueblos. Llegó el tiempo de leva, no tenía documento y lo levaron. . Era el tiempo de la guerra con Chile.

 En esto le tocó pelear con Chile, en San Juan de Miraflores. Perdida la guerra, desertaron muchos, y Celestino como pudo se aventuró a salvar su vida viviendo por los cerros. 



_________________________________________
RECOPILACIÓN DE CUENTOS EN RELACIÓN CON LO SOBRENATURAL EN PAMPAS - LA FLORIDA (Escrita por Jorge Osterling )